martes, 26 de julio de 2011

Subiendo por el Ulriken

Días de sol y días libres son muy buena combinación. Tortillica de patatas, coca-cola y buena compañía... buenísima. Aquí la rubia Visenta y yo redescubriendo la montaña más inexpugnable de Bergen ataviadas con botas de pinchos, pico y cuerdas de seguridad nos adentramos en el recorrido indebido por donde muchos han pasado y pocos lo han conseguido....

Vaaale.... Estuvimos haciendo parones cada 10 minutos y nos engullimos la tortilla de patatas antes de subir a la montaña dejando un rastro importante de all i oli... todo mientras, al bajar, veíamos como una embarazada (apunto de explotar) con tres churumbeles más de la mano subía por la pendiente.

Antes de subir nos advierten: "Visenta, que aixó va per a llarg, eh? que no es el carrer que puja hasta ta casa..."
Para que conste que, por lo menos, llegamos a subir hasta donde estaba el cartel.




El camino rompebotas tan recomendado por los médicos y especialistas en podología de subir descalzo cual procesión de Viernes Santo.

¡Llegamos hasta la cima!

¿Y para bajar donde dices que se coje el bus?


Descansito en la hierba...


"Tengo tres piscinas..."

Aunque a la vuelta no sé que hicimos que nos perdimos tubimos la oportunidad de conocer una parte de la ciudad que no habíamos visto.



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