Una cuando viaja se lleva lo fundamental (bueno hay gente que no, que se llevan hasta la crema de los pies, las bandas depilatorias, la plancha del pelo, la purpurina para el escote...) pero todo el mundo empieza a aprender a deshacerse de aquello que sabe que no va a necesitar. Para mi vivir en Bergen es como algo así. Cada vez me gusta menos ir de tiendas, de hecho solo voy cuando necesito algo urgente de ropa o cuando estoy depre y necesito algo "menos urgente" pero de lo que me encaprichado. De todos modos esto no sucede casi nunca porque luego pienso "¿Me cabrá en la maleta?" y acabo por no comprar casi nada. Y en realidad no lo hecho en absoluto de menos el hecho de gastar por gastar. No me hace muy feliz.
Es maś, puede decir con orgullo que la mitad de mis posesiones no son del todo mías... me explico; la mitad de la ropa que tengo (sin contar la interior claro está, que esa es toda mía) me la han ido dando, o bien gente que se va o amigas que se dejan cosas o son prendas que me voy encontrando por el camino. Además soy la típica que pierde las gomas del pelo y siempre estoy pidiendo una. Ahora tengo una nueva táctica, mirar al suelo, siempre encuentro una.
He llegado a tener tanta ropa que la gente deja en mis manos que he tenido que llevarla para la caridad por no querer quedármela. Y es que, si el mundo parara de fabricar en masa aunque solo fuera un mes, estoy segura que todos encontraríamos lo que buscamos sin tener que comprar nada.
En resumen, llegé aquí con una maleta grande y una mochila, ahora tengo dos maletas grandes y una mochila (eso sin contar lo que ocuparía la comida) Cuando acabe mi estancia en Noruega mi intención es volver a tener solo la maleta y la mochila.
Lo mejor de todo es que ni siquiera creo que me hagan falta la mitad de cosas que tengo. Ya dice algo sobre ello el budismo "se es más feliz cuanto menos cosas deseas."
¡Me estoy volviendo más jipi cada día! jajjajajajja.. Bueno, buenas noches a todos, paz, amor y frikismo a tope!!!
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